La reina Juana I de Castilla, peyorativamente conocida como "Juana la loca", fue la tercera hija de los Reyes Católicos. Con dieciséis años la mandaron a Flandes para contraer matrimonio con Felipe de Habsburgo, con quien tuvo seis hijos. Tras la prematura muerte de sus hermanos mayores, Juan e Isabel, se convirtió en heredera de las coronas de Castilla y Aragón. Nunca reinó por la ambición de su padre (Fernando el Católico), su marido (Felipe el Hermoso) y su hijo (el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico). Durante cuarenta y seis años estuvo encerrada en Tordesillas, siendo maltratada de forma constante pese a que debía ser la Reina del mayor imperio de la historia de la humanidad.
 
Con el cruel apodo de "La loca", la vida de Juana I de Castilla continúa envuelta en el misterio.